jueves, 30 de marzo de 2017

Fotografía, Pintura y paisaje.

El ser humano siempre ha mantenido a lo largo de los años una relación muy estrecha con la naturaleza esto gracias a las múltiples necesidades que esta le contribuye en su vida diaria, ya sea como alimentación, como espacio habitable, como materia de uso, como fuente de conocimientos o belleza. No es hasta que el hombre decide parar, observar su entorno y tratar de entender lo que hay frente a él, que se comprende a sí mismo, conoce su ubicación en el espacio y el tiempo; es capaz de ver el ambiente sin su presencia, cómo luce el espacio que no ha tocado o modificado, y el que es producto de su propia mano.

El paisaje como tema pictórico se considera relativamente joven en la historia de la pintura, y si bien, no era apreciado hasta entonces como lo más relevante dentro de una composición, su presencia como elemento pictórico ya existía desde mucho antes, es decir, simplemente ha ido desempeñando distintos papeles a través de las épocas.

En la edad media bajo la influencia de la iglesia católica en occidente, la pintura más importante hacía la labor de representar temas religiosos, esto debido a que el arte estaba enfocado exclusivamente a la búsqueda de la divinidad. En estas pinturas el ser humano en la forma de dios, de cristos, de vírgenes y de santos, se ubicaba como el elemento más importante a representar, y la naturaleza o paisaje era visto como creación de dios, a nivel de cualquier otra cosa creada excepto la figura del hombre, de modo que solo se sugería para enmarcar la escena principal, dar la sensación de espacio e insinuar perspectiva o profundidad. En este contexto, la pintura de Giotto es destacable por el uso que le dio al paisaje para colocar a sus personajes.

Posteriormente, la mirada de los pintores fue cambiando, en la media que se atrevían a observar y explorar temas más allá de lo religioso, junto con su visión sus representaciones eran mucho más naturales, enfocando sus esfuerzos mucho más a lo terrenal y pagano.


Enseguida haré un breve análisis a partir de la observación de una serie de fotógrafos en torno a su trabajo de paisaje. Cabe mencionar que en la fotografía como paisaje, se me dificultó mucho más generar diferencias entre un fotógrafo y otro dela misma época. Debido a esto, de una lista de doce fotógrafos analizados, seleccioné cuatro de ellos tomando en cuenta que fueran contrastantes entre sí, con aportaciones y exploraciones distintas.


Franco Fontana: El color es fundamental en este fotógrafo, su uso de los planos como si fueran plastas de colores en la composición me hace pensar en una suerte de neoplatonicismo. Es muy interesante cómo es que selecciona las escenas a partir de un orden geométrico y cromático, al instante se impone esta particular manera de ver, tendiente hacia el minimalismo. Su estilo me perece mucho más pictórico en la medida de su uso de recursos plásticos provenientes de la pintura para la configuración de sus fotografías.


John Davies: Explora el espacio, y su análisis está en función del desarrollo de las ciudades y de los nuevos entornos, y cómo es que el hombre ocupa un lugar en estos. La figura del hombre aparece como una referencia sutil, dimensional, moviéndose en estos espacios, en una suerte de encuentros y flujos que dan cuenta de la capacidad del paisaje creado para causar y ocasionar conductas.


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